miércoles, 14 de septiembre de 2016

Tres preguntas, hoy responde Claudia Susana Díaz

Tres preguntas, hoy responde Claudia Susana Díaz

Con motivo de su próxima muestra Mirame, Mirame, Mirame, que realiza junto a María Laura Costantini, le hice tres preguntas, sobre arte.

Mirame, Mirame, Mirame, ¿Es un llamado de atención para que te miren o es un mirarte desde lo interno y personal?
Mirame como sinónimo de detener por un instante el vértigo de lo cotidiano. Como vivencia de un tiempo fuera del tiempo. Mirame y te miro como un acto comunicativo de interacción social. Mirame dice la obra. Mirá más allá de mí, mirá tu interior e identifica si algo de lo que expreso te moviliza o podés reconocer como propio en tu ser íntimo. Algo que confronta y te transforma. Tres instancias del *MIRAR* que se corresponden a los tres momentos del arte que según Hans – Georg Gadamer son la fiesta, el juego y el símbolo.


¿Cómo ves el arte en el contexto social que vivimos?
El panorama del arte es un fenómeno bastante heterogéneo, hay gran diversidad de expresiones, está en cada actor del campo orientar su trabajo en la dirección que le dicte su conciencia. Hay artistas que hacen una carrera fulminante, son elegidos, entran al mercado, acrecientan su patrimonio económico engrosando su cuenta bancaria sin detenerse en lograr producciones de buena calidad estética. Un hecho que me resulta poco simpático es la venta de obras de artistas fallecidos a precios exorbitantes, que han sido privados en vida de gozar de ese beneficio. Otros son brillantes y transitan en las sombras, lo cual no es restarle mérito con mi humilde opinión, sino todo lo contario. Hacen su tarea a conciencia .Otro fenómeno que observo son los llamados bombos mutuos entre curadores y artistas; unos y otros se necesitan, y realmente no siempre son obras de calidad estética, pero se mueven en un círculo de élite y eso ya es suficiente. Creo que hay una profunda carencia de políticas culturales que permitan a los artistas poder desarrollar su carrera con mayores posibilidades tanto en la producción de sus obras como en la llegada de las mismas al público espectador. Esas mismas políticas culturales valen también para quienes son espectadores, en lo que respecta no sólo a gozar del arte en mayor cantidad de ámbitos públicos, sino también en poder discernir entre obras de calidad estética y aquellas que son meramente comerciales. Además hay poca o ninguna cultura de compra de obra y se observa el fenómeno de quienes optan por ser poseedores de láminas cuyo enmarcado es más caro que obras originales de pequeño tamaño, factibles de comprar en subastas de arte argentino. Desarrollar y dar un lugar de mayor relevancia en la educación escolar a prácticas creadoras sería muy beneficioso para el desarrollo individual y debería ser fundamental en los programas curriculares de políticas culturales. Vale poner atención al auge de la tecnología desde el siglo pasado al actual. Muchas obras van en esa dirección, lo que implica que los límites del arte se han corrido, ya no hay parámetros o paradigmas unificadores. Pero también estamos quienes, pincel o lápiz en mano, producimos. Los medios de comunicación masivos como herramienta de propagación del arte reemplazan esa tarea y abundan en las pantallas lo burdo, lo chabacano, lo mediocre. Reflexión y pensamiento crítico quedan anulados. A lo dicho quisiera destacar el papel de la mujer artista, tan invisibilizada por años, ocultada en los manuales de historia del arte, relegada al papel de objeto de representación, de musa inspiradora. En el contexto actual ser sujeto, o sea, productora de obra, no es tarea fácil, pero hay artistas que han demostrado con creces su talento. Sin esperar todo desde las políticas culturales de turno es loable la tarea de quienes logran desarrollar polos barriales de arte tan necesarios para el mejor desarrollo social. Es muy frustrante ver cómo muchos de esos proyectos son derribados sin miramientos por políticas conservadoras que sólo pretenden un arte burgués para beneficio o gozo de circuitos muy cerrados en los que es imposible ingresar. Poner énfasis en las actividades artísticas es la tarea, sean cuales fueren; todas son válidas como vía de comunicación para despertar conciencias, transmitir ideas, desarrollar un espíritu crítico y mejorar la calidad de vida del ser humano. Pero también exigir a quien corresponda ejecutar políticas claras de acción y producción en los programas o desarrollos culturales.

Siempre hablamos de poner el cuerpo en la obra, ¿Qué parte de tu cuerpo está en la obra?
El arte como lenguaje no verbal al servicio, entre otros fines, de la comunicación, es el medio que me permite poner en obra aquello que con palabras me es dificultoso expresar. No pretendo “poner el cuerpo” propiamente dicho en mis pinturas. Sí afirmar que mis sentidos están alertas a lo que la obra me indica. El color, la textura, la materia son los elementos que vehiculizan mis sentimientos o emociones. Como resultado, lo corporal estaría presente en los gestos que a través del pincel o la espátula permiten materializar este 'cuerpo' de obras que llamaría abstracciones gestuales emocionales. Es de mi interés continuar explorando estos procesos creativos, los que permiten 'sanar' el cuerpo y el espíritu, ambos como una unidad inseparable. El arte, la pintura, como medio de expresión pero también como herramienta con capacidad terapéutica que permite mejorar la calidad de vida.


Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica, Fotógrafa, Escritora



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